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martes, 28 de febrero de 2012

¡ MENUDA MAÑANA!

En la entrada de hoy pensaba mostraros los videos de vuestros hijos e hijas en su lectura colectiva o viendo en la pizarra un documental de la vida de algunos peces ( tema que estamos dando en Coñecemento do Medio) pero una situación que se dio hoy en clase me lleva a dejar esos videos para otro día y hablaros de lo que sucedió esta mañana. Hubo bastantes dolores de cabeza y cuando les pregunté si pasaba algo especial algunos de ellos me dijeron que había demasiado barullo. Y no mentían. Fue entonces cuando surgió el tema de la buena o mala educación, actitudes que interfieren para bien o para mal en la marcha de la clase. Y es ahora, con la esperanza de que muchos de ustedes lean esto, cuando también se lo planteo: hasta qué punto es permisible que el comportamiento de una o varias personas pueda influir negativamente en el estado de ánimo o incluso el bienestar da las personas que están, estamos a su alrededor.  O dicho de otra manera: por qué los niños y niñas que tienen un buen comportamiento tienen que "sufrir" el mal comportamiento de algunos de sus compañeros. Es una cuestión que hoy me perturba bastante. De ahí esta entrada. La respuesta no puede ser que la maestra se imponga de cualquier manera a unos niños y niñas de seis años de edad. No sería una maestra. Por mi experiencia sí puedo llegar a la conclusión de que su comportamiento tiene mucho que ver con la educación recibida. No pongo en ningún momento en duda que todos los padres intentamos inculcar a nuestros hijos los mejores hábitos que conocemos. Eso no lo dudo. Mas, tal vez, la pérdida de esos hábitos se dé por las circunstancias de la sociedad en la que nos ha tocado vivir, siendo perfectamente consciente de que las únicas "víctimas" de este modo de vida son los niños. Pero unos más "víctimas" que otros. Y eso es lo que verdaderamente me preocupa como maestra. Estoy segura de que su colaboración es también fundamental ahora. Colaboración que les pido a la hora de recordarles a sus hijos e hijas que la libertad de uno acaba donde empieza la del otro ser humano. Recordatorio que seguro ya hacen desde que sus hijos tiene edad para comprenderlo. Porque lo comprenden. A lo mejor, algunos de ellos, solo necesitan un repaso general sobre la buena educación, actitud que deseamos tanto ustedes como yo. Ojalá que no vuelvan a repetirse mañanas como la de hoy. Ojalá que el buen comportamiento de la mayoría de ellos pueda transformar el mal comportamiento de unos pocos que hacen tanto ruído y molestan tanto. Ojalá que las maestras no olvidemos jamás que nuestra profesión se basa en enseñar no en educar. Ojalá que ustedes hayan comprendido mi mensaje. Espero que sí.

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