¡LO QUE NO QUERÍA ESCUCHAR!

Ayer, jueves, después de estar trabajando en un apartado del libro Tengo Todo, Inteligencia emocional, en donde se hablaba de "Quererse a uno mismo" les pedí a sus hijos e hijas que pensasen para hoy, viernes, cinco cosas buenas de sus caracteres, solamente cinco cosas que ellos reconociesen como buenas en sus personas. Hoy, viernes, después de escuchar lo que me dijeron los veintiséis niños y niñas de la clase, pude comprobar lo que, intuitivamente, sospechaba: solo tres de ellos fueron capaces de decirlo y, para eso, algunas de sus cualidades eran completamente obvias, como, la bondad. La gran mayoría no fue capaz de decir más que una o dos, casualmente las mismas que habían dicho sus otros compañeros-as; incluso uno de ellos dijo textualmente:" yo no tengo ninguna". El alma se me cayó a los pies y, para que negarlo, un poco de tristeza ocupó un trocito de mi corazón. Es maravilloso que sepan sumar, restar, leer muy bien, hacer dictados...pero no me negarán que también sería maravilloso ( y para mí igualmente importante, por no decir más) que fuesen conscientes de todas las cualidades que tienen, de todas esas cosas buenas que los hacen ser lo que son: seres llenos de ilusión, de verdad y de bondad. Si ellos no lo saben se pierden una parte importantísima del más importante ( para mí) aprendizaje de la vida. Los adultos que tenemos el regalo de su compañía deberíamos ser capaces de enseñarles eso. Yo lo intento cada día. Créanme.