NOSTALGIA...decía el bolero

Hoy me van a perdonar, antes de comentarles las "cosillas" de clase, que me tome la licencia de comentarles algo sucedido esta mañana en mi guardia de patio en Educación Infantil. Sentí tanta nostalgia de la niñez desaparecida...La mía claro porque allí había muchos niños y niñas disfrutando de un tiempo de descanso como si ese disfrute fuese lo más importante de la vida. Y, efectivamente, para todos ellos la VIDA era lo que ocurría en esa media hora de recreo. En sus caras se veía claramente la felicidad y el entusiasmo que estaban sintiendo mientras jugaban al pilla-pilla o se balanceaban en los columpios. Para ellos no había pasado ni consciencia de un futuro que, deseo de corazón, sea maravilloso para todos y cada uno de ellos. Solo presente. A través de sus miradas comprobé que la inocencia y la pureza solamente quieren anidar en los corazones de unos grandes seres pequeñitos. Ni las riñas ni los enfadillos tienen, afortunadamente, la suficiente fuerza en ellos para superar toda la bondad, todo el perdón y toda la gratitud que, de manera natural, viven en ellos. Sentí también, para que voy a negarlo, cierta lástima al pensar que el mundo en el que les toca vivir desafortunadamente quizás sí tenga la fuerza suficiente para transformarlos y cargarles, con el paso de los años, con un pasado muy pesado y  un futuro incierto. Ojalá que me equivoque. Y ya voy con lo que, lógicamente, les interesará a ustedes. Como supongo que ya sabrán por sus hijos e hijas empezamos a trabajar la multiplicación por una cifra. Ello conlleva el aprendizaje de las tablas, lo que, como pueden y puedo comprobar, no está suponiendo ningún problema para ellos. Durante estos días sería bueno que en casa estudiasen las tablas, poco a poco, sin apurarse en ningún caso. La lectura diaria sí les pediría que fuese "obligatoria", pues les facilita mucho la comprensión de cualquier aprendizaje. Un saludo cordial.