¡ QUÉ CALOR!

La primavera se ha vestido de verano. Tanto en clase como en el patio el calor se hace fuerte para convertir cualquier lugar en una sauna no buscada. Después del recreo las gotas de sudor empapan las hojas de libros y libretas. A veces no hay agua que les llegue para calmar la sed. Pero las cuentas de sumar y restar llevando permanencen ajenas a estas temperaturas y continuan, en muchos casos, bailando al compás de los ruidos que van llegando. Bien colocadas o no los resultados son los correctos y hay que seguir avanzando. Poco a poco los números se irán cansando de danzar y ocuparán el sitio que les corresponde. Seguirá el calor y vuestros hijos e hijas seguirán aprendiendo. Ahora la curiosidad empieza a no conocer fronteras. Como el tiempo.